Hace 14 años, Toula Portokalos (Nia Vardalos) logró sobrepasar los conflictos emocionales relacionados con su apariencia física y con el estilo de vida de su familia griega para aceptar el enamoramiento que experimentaba por un hombre alejado a su cultura y terminar casándose con él. Después de casi década y media, la pareja ha tenido una hija, Paris (Elena Kampouris), quien ahora, adolescente, necesita cada vez menos de su madre. Toula y su esposo, Ian (John Corbett), se dan cuenta que han dejado de lado su vida de pareja para centrarse en su hija, por lo que deben trabajar en reconstruir la relación. Por otro lado, los padres de Toula descubren que no están legítimamente casados, por lo que hay una nueva boda por organizar.
La secuela de Casarse está en griego (My Big Fat Greek Wedding, 2002) retoma la historia de la familia Portokalos descentrándose de la figura de Toula (que regresa a ser un personaje opaco, una mujer que se abandona en pro del bienestar de su hija y sus padres). Y, aunque han pasado varios años, pareciera que las cosas no han cambiado en la familia: su padre sigue creyendo que es posible arreglar todo con líquido limpiavidrios; las mujeres Portokalos continúan siendo extravagantes y ruidosas; y todos se comportan como un gran clan en el que la individualidad se diluye. El humor de la cinta se constituye básicamente de las mismas bromas que aparecieron en la primera película y sí, siguen apoyándose en estereotipos, permeados de un racismo que respalda la actitud de que lo distinto a las costumbres de la sociedades contemporáneas occidentalizadas es “curioso” o “gracioso”. Paradójicamente, hay varios intentos de dar tintes feministas a los diálogos de los personajes femeninos, que se preguntan cuál es el rol de su existencia como mujeres o cuáles son las decisiones que deben de tomar para obtener un crecimiento personal. Por otra parte, el desarrollo del relato es despreocupado y fresco, el ritmo permite una sencilla apreciación. Es una película ligera, que con todo y los gags reciclados se desarrolla de acuerdo a su fórmula. Es una comedia más que hace mofa de la existencia del otro por no compartir las mismas ideas y costumbres. De esas que no hacen faltan, mucho menos en estos tiempos.
Fecha de estreno en México: 23 de marzo, 2016.