Una ola de bárbaros islamistas fundamentalistas ha llegado a Timbuktu a tomarlo todo sin elegancia alguna, imponiendo reglas arbitrarias a los habitantes, alejándolos de cualquier soplo de placer, por más inocente que este sea: como jugar futbol o cantarle a Dios. Se han ensañado especialmente con las mujeres, a quienes obligan a usar guantes y medias, además de la burka. Como nuevos dueños del lugar, se permiten tomar a la mujer que se les antoje, no solo sin reprimendas por parte de las nuevas autoridades, sino con absoluto consentimiento. Los castigos a quienes los contradigan de alguna manera son atroces: linchamientos públicos, latigazos, pedradas, entierros en el piso. El oriundo de estos lares, Abderrahmane Sissako, retrata estas desoladoras dinámicas con la misma compasión con la que captura el paisaje de sol, viento, barro y arena de este antiquísimo poblado. La belleza del lugar y del alma de la gente –creyentes entregados a Dios en espíritu y cuerpo, cuidadores y admiradores de su creación– oscila perturbadoramente entre una dolorosa esperanza y una definitoria pérdida de la ilusión. El relato se concentra en una familia de tres: padre pastor, esposa e hija pequeña, a quienes el asesinato de su vaca consentida les llega como un rayo fulminante.
SOR (@SofOchoa)
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Fecha de estreno en México: 27 de marzo, 2015.