El papá de Mike Goldwing trabaja en la Nasa, como en su momento lo hizo el abuelo, con quien apenas interactúan. Un evento en el pasado, cuando al viejo se le frustró su viaje a la luna, hizo que se alejara de su familia, creando una fisura que el tiempo no ha podido sanar. Pero ahora que el magnate Richard Carson ha declarado públicamente que probará que el alunizaje de 1969 fue falso viajando al satélite; ha recomenzado la carrera espacial, para la que las tres generaciones tendrán que reunirse.
Como la gran mayoría de las películas animadas para niños que estrenan en la cartelera comercial, Una familia espacial sigue la fórmula de resolver un dilema emocional a través de un viaje –en este caso a la luna– que siempre lleva a una persecución en la que se acaba con los “malos”, resolviendo así , casi de manera milagrosa, el problema emocional del inicio. Lo que hace distinta a esta película, diseñada y animada con indiscutible calidad, no es el motivo espacial, pues es parte de la fórmula tener algo que las diferencie del resto (juguetes en Toy Story; el mundo acuático en Buscando a Nemo; una granja en Shaun el cordero; el interior de una mente en plena pubertad en Intensa-mente…); sino el hecho de que a pesar de tener origen español (fue creada por el equipo que hizo la exitosa Las aventuras de Tadeo Jones, dirigido por Enrique Gato), se haya subordinado totalmente a una fórmula y un universo idiosincrásicamente estadounidense –el de la Nasa- con el fin de atacar mercados de habla inglesa. El noble tema –de mantener reunida a la familia– es también un requisito que se cumple satisfactoriamente. Pero la forma en la que se introduce un nuevo tema hacia el final, diciendo que la luna pertenece no a una sola persona sino a toda la humanidad mientras tres personajes clavan la bandera de las estrellas y las barras en la superficie lunar, no perdonó la risa.
Fecha de estreno en México: marzo 24, 2016.