Cinema Planeta 2017: Programación
Cinema Planeta 2017: Las 6 imperdibles de la 9ª edición
Día 1 · Día 2
En la segunda jornada de actividades del 9º Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de México (Cinema Planeta) tuvimos la oportunidad de revisar tres filmes de la selección oficial: 24 Snow, Unlocking the Cage y Salero.
24 horas de nieve
24 Snow, Dir. Mikhail Barynin, Rusia, 2016.
★★★
En Yakutia –también conocida como la República de Saja– vive Sergei, un apasionado y carismático criador de renos y caballos que explica su rutina cotidiana y las labores más extraordinarias de su oficio: cortar el hielo que se adhiere a la piel de los caballos, comerciar el heno que recolecta y la cuidadosa selección de aquellos animales que participarán en carreras. Las severas temperaturas obligan a Sergei a encontrar pastos diferentes para su rebaño durante todo el año; además, el hombre debe tomar en cuenta que los caballos son más vulnerables al frío que los renos y, por lo tanto, él está en la búsqueda de zonas donde las temperaturas no bajen más allá de los -50º C. Sergei es consciente de las dificultades que atraviesa; el negocio de la cría de caballos puede derrumbarse por varios motivos (la falta de un heredero, el declive de la ganadería o las extremas condiciones climáticas). Ante un futuro incierto, el protagonista se muestra en todo su esplendor: sensible, introspectivo, ambiguo y confundido. El director Mikhail Barynin sigue muy de cerca los pasos del protagonista desde múltiples ángulos y perspectivas. Panorámicas que muestran la dinámica del hombre con su entorno; virtuosos planos cenitales registrados con los drones para evidenciar el imponente y gélido paisaje; el uso de la cámara GoPro para los planos subjetivos filmados desde el trineo; toda esta conjunción de imágenes ofrece una vívida textura de lo que implica estar rodeado de hielo y nieve en la inmensa y extrema taiga.
LFG (@luisfer_crimi)
Abriendo la jaula
Unlocking the Cage, Dir. D.A. Pennebaker y Chris Hegedus, Estados Unidos, 2016.
★★★
Desde que leyó el famoso tratado filosófico y manifiesto de Peter Singer, Animal Liberation, el abogado estadounidense, Steven Wise, ha invertido varios años de su vida en una lucha por los derechos de aquellos seres vivos que no pueden hablar por sí mismos. Sus esfuerzos se han enfocado en el deseo de hacer algo más que representar el interés de perros y gatos; su intención es desafiar la forma en que los animales autoconscientes se clasifican. El argumento particular de Wise gira en torno al nivel de conciencia psicológica de los animales –en el sentido de que no sólo son conscientes de su identidad y que tienen una mente, sino que también son conscientes de que los demás también tienen una mente–. Convencido de que este tipo de animales puede alcanzar un estatus de personalidad jurídica y utilizando pruebas científicas, Wise intenta demostrar que los chimpancés son tan inteligentes como los niños pequeños y que, por lo tanto, deben otorgarles los mismos derechos que los humanos para evitar el abuso y la reclusión. La mancuerna Pennebaker y Hegedus nos coloca, desde el inicio, en una estrecha posición para sentir empatía por los ideales, el vigor, la inteligencia y el carisma de Wise; desde un principio estamos convencidos de su propuesta y lo acompañamos en sus estrategias, su lucha y sus alegatos durante las audiencias. Pero comprender la manera en la que opera un complejo sistema judicial es otra cuestión que no se aborda con mucho detalle y parecería que los jueces son los villanos de la película. Unlocking the Cage es el fascinante retrato de un individuo y su ardua investigación, pero carece del análisis de un contexto más amplio e imparcial que debería provocar un mayor debate en torno a la premisa central.
LFG (@luisfer_crimi)
Salero
Dir. Mike Plunkett, Bolivia/Estados Unidos, 2016.
★★★★
Moisés es un hombre que se gana la vida recolectando la sal del Salar de Uyuni, el más extenso desierto de sal del planeta. Su padre y su abuelo fueron recolectores de sal; dedicarse a esta actividad es un orgullo y un alegre estado de ánimo para Moisés. Él no puede imaginar un lugar mejor para vivir que el remoto pueblo en el que nació en las tierras altas de Bolivia. Sin embargo, el progreso y la avaricia inevitablemente lo acechan cuando el gobierno decide extraer el litio de la capa más profunda del salar. La posibilidad de no transmitirle ese oficio a sus hijos, no sólo por la situación externa, sino también porque quiere que ellos tengan una mejor educación y otra profesión, mantienen a Moisés en un estado de melancolía y reflexión, al más puro estilo del filósofo Martin Heidegger, cuestionándose constantemente sobre las dinámicas de la historia y el espacio, así como su razón de ser en el mundo. La armonía y el equilibrio con los que el director Mike Plunkett confecciona bellas imágenes cinematográficas se fusionan con la espontaneidad y honestidad de las palabras de Moisés para crear una seductora atmósfera poética que explora los anhelos, miedos e incertidumbres de un hombre inmerso en un paisaje blanco que parece resistirse a la posibilidad de soñar con nuevas oportunidades de vida. Pero en el fondo, él es consciente de las consecuencias confusas del progreso económico de la región.
LFG (@luisfer_crimi)