Los cineastas Hugh Welchman (Magic Piano, 2011) y Dorota Kobiela (Little Postman, 2011) reunieron a 125 pintores al óleo de 20 países diferentes para crear un acercamiento único a la agitada historia del artista.
¿Qué mejor manera de contar la historia del pintor holandés postimpresionista, Vincent van Gogh, que a partir de pinturas al óleo? Al menos ese fue el razonamiento detrás de la película animada Loving Vincent (2017), la cual ha sido nominada al Globo de Oro en la categoría a Mejor Película Animada y a los premios Annie como Mejor Película Animada Independiente.
Hecha en Polonia con un presupuesto de $5.5 millones de dólares, el ambicioso filme tomó 6 años de realización y fue creada utilizando una técnica de animación cuadro por cuadro que comenzó con 65,000 pinturas al óleo.
“Vincent pintó el mundo a su alrededor”, explicó Hugh Welchman (ganador del Oscar en 2006 por el corto animado Peter & the Wolf), quien escribió y dirigió la película con su esposa, pintora transformada en cineasta, Dorota Kobiela. “Él tuvo una historia muy conmovedora. Es trágica y edificante”.
De manera que ambos escribieron una historia acerca del personaje ficticio Armand Roulin (Douglas Booth), quien recibe una carta para entregar al hermano de van Gogh a pocos días de su suicidio en 1890. Esto lo lleva por un viaje al destino final de Vincent, la callada villa de Auvers-sur-Oise, a las afueras de París, donde él se entera de historias conflictivas alrededor de la vida de van Gogh, contadas por personas que fueron pintadas por él. Estos personajes son interpretados por actores como Saoirse Ronan (Brooklyn, 2015), Helen McCory (Hugo, 2011), Jerome Flynn (A Summer Story, 1988), Eleanor Tomlinson (The White Queen, 2013), Chris O’Dowd (Bride Maids, 2011), John Sessions (Florence, 2016) y Aidan Turner (Hobbit, 2012).
“Queríamos contar la historia de estos personajes”, dice Welchman. “En los archivos históricos, las personas que él pintó tenían puntos de vista muy distintos sobre cómo habían sido las últimas semanas de su vida y sobre lo que le había ocurrido. Sentimos que hacíamos un documental, como si estuviéramos entrevistando a esta gente. Necesitábamos un personaje principal que no condujera. Ahí es donde Armand y la carta aparecieron”.
Inicialmente, la pareja pretendía utilizar a pintores de Polonia, pero de inmediato fue notorio que sería imposible conseguir a tantos artistas. “Pusimos un anuncio en internet; pensamos que llegarían pintores de lugares cercanos”, dijo Welchman. Sin embargo, después de que el video se hiciera viral (aproximadamente 200 millones de vistas en 3 meses) Welchman y Kobiela se encontraron con más de 5,000 aplicantes de todo el mundo.
Terminaron trabajando con 125 pintores de 20 países diferentes, de los cuales todos tomaron un entrenamiento específico para trabajar en la película. El entrenamiento consistió en 100 horas de clase sobre cómo pintar con el estilo de van Gogh, además de 100 horas de técnicas de animación.
Trad. EnFilme
Fuente: Hollywood Reporter