Hacer reír, lo sabemos bien, es cosa seria. No cualquiera lo logra y, hacerlo bien, con inteligencia, exige mucho talento y buen control de todos los aspectos de la producción cinematográfica.
Polémica como todas las listas. ¿Quedan, a su consideración, bien ubicados filmes como Mean Streets, The Irishman, Taxi Driver, Goodfellas, Raging Bull y Silence? ¿Dónde colocan Killers of the Flower Moon, su más reciente filme?
Un deprimido profesor con obesidad mórbida con Brendan Fraser; Penélope Cruz en el drama de una familia muy disfuncional que aborda el tema de la transexualidad; y Martin McDonagh reúne nuevamente a Colin Farrell y Brendan Gleeson.
Directores famosos, con gran reputación o con cierto nombre y, preponderantemente, trabajando en Hollywood o en sus márgenes. Imaginemos lo que sucede con todo el resto de filmes del resto del enorme mundo…
No es fácil cargar con el peso de las revelaciones que son inaccesibles para los demás. Aunque desde el plano místico que lo plantea Apichatpong, queda claro que es apenas desde el sosiego que se consigue al arribar a ese punto, que todo, absolutamente todo, comienza a adquirir nuevos significados.
Filmes dirigidos por personas del sexo femenino que se distinguieron del resto, varios de los cuáles de hecho fueron integrados por hombres y mujeres involucrados en el cine, y también por medios especializados, entre lo mejor que se estrenó el año que recién concluyó, sin importar distingos de...
A partir de la trayectoria de la notable editora Dede Allen (Bonnie and Clyde, Dog Day Afternoon), No Film School hace una revisión histórica de las mujeres y el trabajo de edición.