Dicen muchísimo de ese amplio abanico de influencias y/o gustos que informan su propia obra: de Tarkovky a Herzog, pasando por Bergman, Buñuel y Cassavetes.
La lista anual de este fabuloso y excéntrico personaje que no teme incluir filmes que pocos se atreverían a considerar y tampoco se amilana al considerar los grandes filmes que otras listas incluyen y no pueden ser ignorados.
Un autor de cine palestino que sin rencores, pero también sin reparos, retrata la Palestina que nunca se ve en los medios de comunicación, a los palestinos que es difícil encontrar estando atrapados tras las bardas, las rejas, los muros que los aprisionan, el polvo que los abruma, y las carencias que los asfixian.
Terence Davies fue alguien que entendía con claridad, y ejerció a cabalidad, la naturaleza del cine como arte, uno con su propio lenguaje, sus propios códigos, sus muy particulares y únicas posibilidades.
Filmes que, también llevaban a su máxima expresión en pantalla la derrota del amor, ese agridulce sabor (generalmente más agrio que dulce) que deja el ver que una relación no puede consumarse, incluso si es por el propio bien (¿será?) de sus involucrados.
Un drama sobre el Holocausto, pero que nada tiene de convencional el que entrega el británico; y el turco, conjura otra obra de amplias dimensiones, plagada de diálogos a través de las que expresa profundas reflexiones acompañadas de planos hermosamente retratados de los paisajes de su adorada Anatolia.
Se trata de un hombre con una fe tan fervorosa que, amalgamada con su ansia de purificación artística, termina por ofuscar su razón. Más que un hombre queriendo ser fiel a Dios, acaba por creerse su reencarnación: un dios para sí mismo.
Para distanciarse del filme de Tornatore, Nali invierte dedicación en la inventiva tanto de los sucesos narrativos, como de su imaginerio visual en Last Film Show
La mirada de Nuri Bilge Ceylan, influenciada por la de los más grandes, sus favoritos, Bergman, Tarkovsky, Bresson, Antonioni y Ozu, está nutrida de poesía.
Podemos constatar que, en el 2022, se siguen haciendo extraordinarios filmes, capaces de conmover, de hacernos pensar sobre la vida, sobre nuestra vida, sobre la vida de los demás.
Revisamos una primera ronda de los filmes mostrados en competencia, una que se regodea en el amor al cine, que hace comentario social y político y que demuestra miradas estilizadas para retratar distintas realidades.
No es Bardo (o falsa crónica de unas cuantas verdades) ni la obra maestra que algunos quieren postular, ni el fiasco rotundo que otros desean sentenciar. Bardo conjura momentos geniales, otros de honda profundidad y unos más de una autocomplacencia feroz.
Obras no tan conocidas de directores como Michael Haneke, Apichatpong Weerasethakul, Lynne Ramsay, Roy Andersson, Nuri Bilge Ceylan y Andrey Andrey Zvyagintsev, entre otros.
En la segunda sesión de filmes proyectados dentro de la Competición Oficial del Festival de Cannes, se presentaron tanto EO de Jerzy Skolimowski como Armageddon Time de James Gray.
Es, en realidad, un cortometraje, pero es, también, un poema, uno que, además, sintetiza, en pocas palabras, con escasas imágenes, en apenas unos segundos, la filmografía de Terence Davies y, también es cierto, su propia vida.
El equipo de Film and Media Aesthetics analiza los elementos visuales y sonoros de la escena del reencuentro de Ilsa (Ingrid Bergman) y Rick (Humphrey Bogart) en el filme de Michael Curtiz.
Este nuevo thriller de Netflix cuenta con un elenco estelar que incluye a Robert Pattinson, Tom Holland, Jason Clarke, Riley Keough, Sebastian Stan, Bill Skarsgård y Mia Wasikowska.
Además de establecer una relación íntima entre lo existencial y lo religioso-espiritual en gran parte de sus filmes, existe una serie de similitudes visuales en ambos autores.
El editor y videoensayista Nelson Carvajal considera que 'El árbol de la vida', de Terrence Malick, es una especie de heredera cinematográfica de 'El espejo', de Andrei Tarkovsky.