2012 (2009), de Roland Emmerich, una cinta que de forma natural se agrupa con todas esas películas que llevan en la frente el mote de “gringadas”.
El error más grave dentro de El amor cuesta caro, George Clooney forzado hasta la garganta con tal de convertirse en un personaje encantador.
Nancy Meyers suele eligir a buenos actores para sus historias melosas y cuasi-asfixiantes. Por ejemplo, Jack Nicholson y Diane Lane en Something’s Gotta Give, pero en El descanso de plano estaba cruda el día que escogió al elenco… ¡¿Jack Black con Kate Winslet?!
Hay momentos entretenidos y jocosos en la película. Al final, 17 otra vez, largometraje dirigido por Burr Steers (Charlie St. Cloud, 2010, deja un respetable sabor de boca.
El problema de Hitch es que ni es muy cómica ni es muy romántica. La poca gracia que tiene es aplastada por la tediosa relación que Alex Hitchens desarrolla con Sara Melas (Eva Méndes), una odiosa y ultraindependiente periodista.
Tomb Raider es, en realidad, como una película pornográfica: la trama es sólo un pretexto para ir soltando las secuencias de acción que, esas sí hay que reconocerlo, son malísimas, paupérrimas.