Con casi el 75% del cine mudo estadounidense perdido debido a la naturaleza autodestructiva de las primeras películas de nitrato, una gran parte de su historia ha permanecido fuera de nuestro alcance. Esa es parte de la razón por la que Dawson City: Frozen Time (2016) nos lleva a un viaje tan inmersivo, ya que trae a la pantalla una colección de imágenes que alguna vez se asumió perdida para siempre. Lo que el cineasta Bill Morrison logra hacer con el metraje es simplemente mágico. No sólo muestra una serie de películas mudas que el mundo no ha visto durante casi 100 años, sino que las teje en una línea de tiempo de un pequeño pueblo minero que refleja el crecimiento de un país y la expansión de la vida humana. En 1978 se descubrieron 533 carretes durante las primeras etapas de los trabajos de construcción de un nuevo edificio en Dawson City, situado en el río Yukon en el noroeste de Canadá. En total, contó casi medio millón de pies de película, de los cuales se restauraron cuidadosamente 372 títulos. Por una parte, el filme es un relato sobre Dawson, una ciudad nacida de la nada durante la famosa fiebre del oro de Klondike, y rápidamente transformada. en un centro rico y próspero gracias a la afluencia masiva de buscadores de fortuna que llegaron allí desde todos los Estados Unidos. Morrison narra su origen y desarrollo, reconstruyendo su ascenso y declive inevitable debido al movimiento de recursos y capital. Pero sucedió algo inesperado en el camino: Dawson conoció el cine. Todo comenzó en los años setenta, cuando durante las excavaciones para la construcción de un edificio se encontraron los restos de numerosas películas abandonadas; películas en nitrato de plata, altamente inflamables, por lo tanto, decididamente antiguas y preciosas. A partir de este descubrimiento el director se remonta a la historia, utilizando el material fotográfico y cinematográfico del repertorio para escenificar la historia de la difusión del cine mudo en Dawson, en el período que va desde los últimos años del siglo XIX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin voz en off, pero solo con un comentario musical continuo, Dawson City: Frozen Time se erige como un gran trabajo de investigación y montaje para reconstruir una parte del cine silente norteamericano.

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