En 1971, The Washington Post estuvo a punto de declararse en quiebra, y su salud financiera se le confió a Kay Graham (Meryl Streep), dejándola con la tarea de hacer público el periódico. Insegura acerca de sus opciones, y recibiendo constantes críticas y rechazos de los miembros de la junta directiva, Kay consulta al editor Ben Bradlee (Tom Hanks), quien está tratando de buscar noticias duras que despierten la atención de los lectores. Mientras se acerca la fecha límite para una oferta pública, llega un “regalo” del desilusionado analista militar de la Casa Blanca, Daniel Ellsberg (Matthew Rhys), ofreciendo al New York Times y al Washington Post la oportunidad de informar sobre un documento que revela 30 años de encubrimiento gubernamental sobre la perversa necesidad de ejecutar la Guerra de Vietnam. Si bien es cierto que Ben está empeñado en explorar estos documentos del Pentágono, Kay duda en exponer a su periódico a posibles problemas legales en un momento tan delicado. Con las oficinas del Washington Post repletas de periodistas, redactores e investigadores, y Ben presionando para vencer a la competencia, la carrera está en marcha para asegurar la verdad mientras la administración del presidente Richard Nixon comienza a entablar demandas, tratando de evitar que la impactante información sea del conocimiento de los ciudadanos.

A lo largo de su trayectoria, Steven Spielberg ha evidenciado -en filmes recientes como Munich (2005), Lincoln (2012) y Bridge of Spies (2015)- su fascinación e interés en los acontecimientos históricos de Estados Unidos. Ahora, en The Post: Los oscuros secretos del Pentágono (2017), el director se concentra en los años previos al escándalo de Watergate para ofrecer una nueva reconstrucción histórica de la manera más refinada posible, narrando con detalle un momento crítico del periodismo norteamericano y la lucha por la libertad de expresión, y explorando qué tanto pueden lograr los disciplinados y decididos hombres y mujeres de la prensa. La cámara de Janusz Kaminski (Saving Private Ryan, 1998) es un ojo vigilante, uno que se introduce en cada uno de los espacios fundamentales para la narración que estamos siguiendo. El equipo editorial del Washington Post es un corazón palpitante, donde todos tienen un papel crucial. Aunque por momentos es una estrategia un tanto fetichista, Spielberg comprende las implicaciones de una imagen mostrada en detalle; el director proporciona primeros planos de las máquinas rotativas y del trabajo en la sala de impresión, así como del papel, la tinta, el armado y doblado de las páginas para que el diario esté listo cada mañana. Además de capturar la emoción del descubrimiento de los informes y el horror de la mala conducta secreta del gobierno, el guion de Liz Hannah y Josh Singer retrata de manera intimista la inexperiencia de Kay en su rol de liderazgo, donde está sujeta a las actitudes crueles de la junta directiva (enteramente masculina) y se ve obligada a recurrir a su asesor Fritz (Terry Letts) para que calme a los hombres habitualmente desdeñosos. La historia de Kay se relaciona principalmente con su sentimiento de impotencia sobre su futuro y su reputación convirtiéndose en un poder de puño apretado, que debe reprimirse y aguantar porque, ante la amenaza de la ruina financiera, no está segura sobre el rumbo que debe tomar. En este sentido, Streep logra conjugar esa aparente inseguridad que paulatinamente se va transformando, pero no gracias a una fuerza divina externa, sino porque es una mujer que analiza profundamente cada situación y sus posibles consecuencias y también porque sabe a quienes acercarse para ser aconsejada. Por otra parte, The Post inspecciona a Ben y su feroz dedicación a los altos estándares del periodismo y su respeto por el poder de una verdadera primicia. Él no es alguien a quien presionar, y en una película que está llena de actores talentosos (incluyendo a Michael Stuhlbarg y Bob Odenkirk), es Hanks quien sobresale por interpretar a un hombre determinado en el seguimiento de las noticias de primera página y consciente de los riesgos que están detrás de la puerta; él es intrigantemente quisquilloso y está dispuesto a ir a la “guerra” contra la Casa Blanca.

Fecha de estreno en México: 2 de febrero, 2018.

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