Todo comenzó cuando se publicó en Le Monde un llamado a las autoridades por parte del productor Vincent Maraval para controlar los sueldos de los actores en el cine francés. Este hombre –que desde la productora Wild Bunch ha participado en la financiación y/o producción de filmes como Ciudad de Dios (2002), El luchador (2008) y La vida de Adèle (2013)– reclamaba que los actores franceses cobraran cantidades abusivas cuando trabajaban en casa:
¿Por qué un actor francés con renombre, llámese Vincent Cassel, Jean Reno, Marion Cotillard, Gad Elmaleh, Guillaume Canet, Audrey Tautou o Léa Seydoux, cobra por una película francesa un caché que va de los 500.000 a los 2 millones de euros, mientras que cuando rueda un film estadounidense se contenta con cifras de 50.000 a 200.000 euros? ¿Por qué Vincent Cassel rueda Cisne negro por 226.000 euros pero Mesrine por 1,5 millones? A diez veces menos de beneficios, cinco más de sueldo: esta es la economía del cine francés.
Tras esto, el ministerio de cultura confirmó que el coste artístico de las películas era, en efecto, “desproporcionado”. Ahora, el Centro Nacional del Cine (CNC), encargado de regular la ayuda pública para el cine francés, decidió cambiar las reglas para controlar estos excesos. Con esta nueva normativa se regula el sueldo máximo de los actores tomando en cuenta el costo general de cada película:
4 millones de euros = 15% del presupuesto para los protagonistas
Entre 4 y 7 millones = 8% del presupuesto
10 millones de euros = 10% del presupuesto
Además, la remuneración máxima queda fijada en 990.000 euros. Esto aplica no sólo para las estrellas sino también para directores y guionistas. La penalización por incumplir estas normas es dejar de recibir la subvención pública que se recauda con un impuesto del 11% sobre cada entrada al cine y de las preventas a cadenas televisivas. Hasta ahora la mayoría de las cintas francesas, sin las subvenciones y preventas, salen perdiendo en taquilla. Esta medida es parte de la búsqueda del CNC por encontrar soluciones que ayuden a la industria que según las revelaciones de Maraval está pagando más a sus actores que las grandes producciones Hollywoodenses.
AVE(@AloValenzuela)
FUENTE: El País