Lee aquí nuestra minicrítica de ‘La maldición de Thelma’
Lee aquí nuestro ALTAVOZ de Joachim Trier
Con motivo del estreno en México de La maldición de Thelma (Thelma, 2017), platicamos, vía telefónica, con Joachim Trier sobre los desafíos al momento de elaborar un relato de crecimiento y angustia adolescente con elementos pertenecientes al horror psicológico y a la ciencia ficción. El director noruego nos explicó el reto que representó filmar en CinemaScope y recurrir al CGI y a los efectos visuales para crear las atmósferas siniestras que acompañan las dudas existenciales e inseguridades de su joven protagonista; también nos detalló su interés en las metáforas visuales (aves, serpientes, fuego, agua) y simbolismos, y cómo fue la preparación de la joven actriz, Eili Harboe, para filmar las demandantes escenas debajo del agua.
¿Cómo surgió la idea de hacer Thelma? ¿Por qué decidiste combinar el romance sobrenatural con algunos elementos del thriller de terror y la ciencia ficción?
Todo surgió cuando preparaba mi anterior filme, Louder than Bombs [2015], el cual tuve que esperar casi un año para poder realizarlo. Estaba en Estados Unidos y, durante esa espera, comencé a escribir el guión de Thelma porque estaba enojado, me sentía frustrado. Cuando empecé a escribirlo me di cuenta de que estaba cansado de repetirme, así que decidí hacer algo completamente diferente, algo enigmático y misterioso. Una vez que inicié a trabajar en Thelma más en forma, súbitamente me di cuenta que, además de sus simbolismos e imágenes metafóricas, seguía manteniendo su tono de drama. Es por ello que entonces decidí destacar los elementos de esa historia de crecimiento, enfatizando cómo es que alguien se vuelve independiente de sus padres, cómo es que alguien se acepta a sí mismo, cómo es que alguien debe lidiar con las dudas, la aceptación y el rechazo. Estos cuestionamientos de índole filosófico y psicológico me permitieron continuar en la construcción de un drama donde, por decirlo de algún modo, “el monstruo”, proviene del interior del ser humano.
¿Cómo te interesaste en el tema de la epilepsia psicógena?
Fue un regalo. En serio, fue un regalo del cielo. Cuando mi colaborador Eskil Vogt y yo comenzamos a explorar el tema de los ataques epilépticos nos centramos en la epilepsia psicógena, que es una cosa verdadera, no neurológica, sino epilepsia desencadenada más psicológicamente. Estábamos investigando mucho y hablando con doctores y uno de ellos nos preguntó, cuando le describimos el personaje de Thelma: “¿Por qué? ¿Por qué ella tiene esto? ¿Acaso está tan reprimida en la vida? Porque mi experiencia como médico es que muchas personas provienen de entornos religiosos”. Fuera del PNES, el grupo convulsivo no epiléptico psicógeno que ha estado tratando, varias de ellas eran en realidad mujeres jóvenes que fueron lesbianas y tuvieron dificultades para salir. Y eso causó este tremendo estrés en sus vidas que causó estos ataques. Así que pensamos: “Es esto, lo tenemos”.
Muchos de los ambientes de Thelma hacen pensar en Carrie, de Brian De Palma. ¿Cuáles fueron tus principales influencias e inspiraciones para esta película?
Hay muchas y variadas influencias. Por supuesto, como lo dices, ahí está Brian De Palma. También David Cronenberg, no sólo The Dead Zone, también Scanners, por ejemplo. Pero también están los cómics japoneses, los llamados “manga”, o el cine de Satoshi Kon, específicamente Paprika, y el horror extremo de Possession de Andrzej Zulawski. Lo más extraño es que, al mismo tiempo, todos estos referentes conviven con los grandes maestros del cine. Soy un gran admirador del cine de Andrei Tarkovski, Michelangelo Antonioni e Ingmar Bergman. Así que aunque haga una película de horror, sigo manteniendo presente las enseñanzas del cine clásico de Europa. Creo que es liberador permitirse jugar con estas influencias y con diferentes tipos de imágenes.
Hay algunas imágenes sobre la naturaleza siniestra como los pájaros negros, el fuego, las serpientes y las secuencias debajo del agua. ¿Encontraste nuevos desafíos al tratar de escribir un guion con ese tipo de alegorías y simbolismos?
Sí. Fue un desafío. Pero también fue divertido cuando nos planteamos utilizar elementos provenientes de los cuentos de hadas o de los relatos de terror. Tampoco fue un trabajo sistemático y totalizador en el que determinamos el significado preciso de cada imagen o símbolo, más bien nos interesaba que estas imágenes surgieran de manera espontánea e inesperada para que el espectador participara en la interpretación. Por ejemplo, aparece, muy al principio de la película, la imagen de un padre apuntando con un rifle a su pequeña hija; esta escena ha sido interpretada como el sacrificio de Abraham en el Viejo Testamento. Quizá esto se debe a que, en el fondo, estas imágenes poseen una carga muy fuerte en diferentes culturas, leyendas, mitos o tradiciones, así que cada uno puede asociarlas con lecturas distintas.
Thelma es hiperestilizada, mientras que tus otras películas son, en cierto modo, más naturalistas. ¿Puedes hablar un poco sobre la ejecución de escenas visualmente complejas? ¿Usaste CGI y efectos especiales? ¿Por qué filmaste en Cinema Scope?
Claro. Era un sueño el que tenía de filmar en CinemaScope, pero nunca había encontrado el proyecto ideal y apropiado para filmarlo así. Oslo August 31st intenté hacerlo en CinemaScope, pero cuando estábamos en la preproducción, me di cuenta que la apariencia visual del CinemaScope da la sensación de aportar una visión que va más allá de la perspectiva humana, por lo que me di cuenta que con Thelma se justificaba el uso del CinemaScope. Respecto a los efectos visuales, trabajé con alrededor de 200 planos CGI que los artistas retomaron de los storyboards que hicimos previamente y no del guion, ya que en letras era difícil imaginar las atmósferas visuales que imaginábamos. Quizá me salgo un poco de la pregunta, pero este proceso me ayudó a confirmar que el cine es una construcción visual a partir de las imágenes. Y esto fue un proceso fascinante para mí, el hecho de poder crear imágenes sin la necesidad de que pasaran por las palabras.
Algunas de las escenas más desgarradoras de la película son las secuencias debajo del agua, donde Thelma está atrapada en la piscina o desaparece en la oscuridad del agua. ¿Cómo fue el trabajo con la actriz Eili Harboe para lograr esas secuencias?
Gracias por esa pregunta. Ella es fantástica. Yo estoy muy contento por su trabajo y compromiso; ella fue muy valiente durante todo el proceso. Ella hizo entrenamientos especiales de buceo y de ejercicios bajo el agua durante 3 meses antes de comenzar a filmar para poder hacer muchas de las secuencias del filme. Definitivamente ella es extraordinaria; aunque suene muy sencillo, era un enorme reto crear las escenas en la profundidad del agua y en la oscuridad, ya que de alguna manera había que “encerrarla”, pero siempre fue muy valiente. Durante el casting entrevisté a varias actrices y jóvenes para el papel principal y la respuesta que me daban cuando les preguntaba si le tenían miedo a las serpientes, siempre la respuesta era afirmativa, pero ella respondió: “Sí, claro, pero también las amo”.
La maldición de Thelma estrena el 29 de marzo en cartelera mexicana.