La fascinante actuación de Gary Oldman (Dracula, 1992) como Winston Churchill en la película Darkest Hour (Dir. Joe Wright, 2017) le ha otorgado, con toda razón, la nominación al Oscar. Pero, la transformación de Oldman, un hombre delgado de 59 años de edad, con cabello negro oscuro, en un hombre de 66 años encorvado, corpulento, de piel clara y calvicie, no es menos merecedora de elogios. De hecho, algunos miembros del equipo de maquilladores han sido nominados para los premios Oscar también.
Ahora, a través de esta notable secuencia de imágenes exclusivas, podemos revelar la "sangre, trabajo, lágrimas y sudor" incluidas en las sesiones diarias de maquillaje, mismas que duraban cuatro horas y se realizaban al amanecer.
El trabajo para "convertirse en Churchill" comenzó un año antes de que las cámaras comenzaran a rodar. "Cuando dijeron ‘Winston Churchill’, me reí y dije: "Espera, ¿me miras? Tal vez Stan Laurel", dijo Oldman.
No estaba convencido y dijo que no haría la película a menos que estuviese disponible el famoso maquillador de efectos especiales japonés, Kazuhiro Tsuji (The Curious Case of Benjamin Button, 2008).
"Si hubiera dicho que no, no lo habría hecho", dijo Oldman, describiendo a Tsuji, conocido como Kazu, como "una de las pocas personas en el planeta que podría llevarlo a cabo".
La pareja se había conocido 18 años antes en Planet Of The Apes (al final, Oldman no hizo la película), y en los años transcurridos desde que Tsuji había obtenido nominaciones al mejor maquillaje y peinado en una sucesión de éxitos, como How The Grinch Stole Christmas (Dir. Ron Howard, 2000) y The Curious Case of Benjamin Button (Dir. David Fincher, 2008). Tsuji se había retirado del cine para concentrarse en la escultura. Sin embargo, respondió la petición de Oldman.
Primero, estudiaron fotos de Churchill en 1940, el año cubierto por la película, cuando se convirtió en primer ministro. Entonces Tsuji tomó medidas meticulosas de la cabeza de Oldman y estudió su rostro y el de Churchill a detalle. Observó que los ojos de Oldman estaban más juntos que los de Churchill. "Es como comparar un galgo con un bulldog", le dijo Tsuji al actor.
Para prepararse para la fabricación de las prótesis que lo transformarían, Oldman se afeitó la cabeza, se dejó crecer las cejas y las blanqueó junto con sus pestañas. También le pintaron los dientes para imitar el conjunto pobre y descolorido de Churchill.
La siguiente etapa tuvo lugar en el estudio de Tsuji en Los Ángeles, donde se hizo un intrincado molde de su cara al extender una mezcla pegajosa de silicón azul sobre su cabeza, cuello y rostro, y luego se aplicaron tiras adicionales de silicón sobre sus rasgos faciales. Este molde se cubrió con un compuesto de yeso de silicón para hacer un busto completo de Oldman.
Aquí el arte de Tsuji entró en juego mientras trabajaba en el busto, esculpiéndolo y dándole forma para incorporar elementos de las características de Churchill. Pasó por varios bustos antes de que estuviera satisfecho. "Kazu trató de encontrar el híbrido perfecto entre Churchill y yo para dar el espíritu de Winston, la ilusión de ser él", explicó Oldman.
Una vez que Tsuji completó el molde facial, fue enviado a Barcelona, donde los brillantes maquilladores David Marti y Montse Ribe fabricaron la prótesis de goma de silicón (o filetes) que más tarde se aplicaron minuciosamente en la cara de Oldman para imponer las características de Churchill.
Había cinco piezas en total: cuello, lado izquierdo y derecho de la cara, nariz y mentón. Los labios y la frente del actor se dejaron al descubierto, por lo que podía transmitir expresiones faciales. Una vez que se aplicaron las piezas, fue difícil ver la unión.
"El borde de la prótesis era delgado como un tejido, tan delicado que se convirtió en una capa de piel muy ligera que se movía con mi cara de forma natural. Todas esas maravillosas y pequeñas técnicas fueron un arte impecable".
Tsuji también fue fundamental para decidir cómo se aplicaría el maquillaje a las prótesis. Nuevos 'filetes' se usaban todos los días.
Una vez que comenzó la filmación, el supervisor de maquillaje, David Malinowski, desactivó su alarma a la 1.15 am para rociar los trozos de silicón con una pintura conocida como Blenheim Blush (una referencia al Blenheim Palace, donde nació Churcill).
Cada mañana del rodaje de 48 días, Oldman, que estaba en casi todos los cuadros, se afeitaba la cabeza y se instalaba en la silla de maquillaje, mientras que Malinowski y la maquilladora Lucy Sibbick trabajaban a ambos lados para crear su 'cara Winston'.
Pintó manchas, venas, lunares y otras imperfecciones, mientras Sibbick limpiaba y vestía una peluca que estaba hecha de cabello conocido como Baby European.
Oldman dijo: “Me encanta eso, cuando te miras al espejo y comienzas a ver la esencia del hombre que te mira. Ése era mi estado Zen en la silla de maquillaje. Me sentaría allí y comenzaría a gruñir. Entonces él llegaría”.
Estima que usó prótesis 61 veces y pasó más de 200 horas en la silla.
Trad. EnFilme
Fuente: Daily Mail, Telgraph