Lee aquí nuestra reseña de Parásitos

Hay algo sobre las grandes películas que te conmueven. Es la forma en que te hacen sentir y la forma en que te hacen concentrarte en lo que tienes delante en cualquier momento.

El montaje al final del primer acto en Parásitos, de Bong Joon-ho, es una de esas secuencias emblemáticas de una gran película. Repasemos lo que sucede en esa parte de la historia y cómo nos prepara para todo lo que sigue y, principalmente, revisemos Parasite's Perfect Montage, el notable videoensayo de Nerwriter1 que analiza el filme coreano.

En el corazón de cada montaje hay un ritmo y una cadencia específicos. Puede ser el golpe de un tambor o el ojo de un tigre, pero los montajes cuentan una historia dentro de una historia. Con frecuencia utilizados para mostrar el paso del tiempo o los puntos de la trama, son el tejido conectivo que empuja su viaje hacia adelante. Parásitos honra y subvierte eso, lo que solo refuerza la efectividad de la escena y el impacto emocional.

A nivel de la superficie, el montaje revela cómo trabaja la familia para que contraten a la señora Kim como ama de llaves y que despidan a la otra mujer. Subtextualmente, se trata de las longitudes astutas e intrigantes a las que están dispuestos a llegar para asegurar su futuro. Todo esto ocurre al final del primer acto y establece una familia que cree que tiene el control, solo para darse cuenta de que no son ellos quienes están manejando los hilos.

¿Cómo transmite el montaje todos estos detalles? La música clásica, la cámara lenta y los movimientos lineales de las cámaras ayudan a conectar los 60 planos que se muestran en el montaje de cinco minutos.

¿Cómo van a deshacerse del ama de llaves? Aquí hay una economía, tenemos un detalle de la historia, la ama de llaves es alérgica a los duraznos y ocho disparos después la vemos reaccionando a esta alergia.

Tenemos una intervención de la familia ensayando su mentira, y la mentira se está promulgando. A medida que logran los resultados deseados, los vemos cada vez más cerca y se sienten más en control. Esta cercanía y control temáticos se hacen eco tanto de la edición como de la fotografía. Vemos a miembros de la familia enmarcados en lugar de separados, y el editor combina y realiza transiciones para mostrarlos ganándose la confianza de las personas para las que trabajan. Pero incluso cuando termina el montaje, el resto de la película está a punto de romper ese control contra las rocas, justo cuando salimos del montaje suena el timbre y cambia la historia por completo.

Este montaje, ambientado con música clásica, aparentemente nos ha llevado a una falsa sensación de seguridad. Ahora, hay una oportunidad para arrancarnos la alfombra. De esta manera, el montaje ha trabajado en tres capas: la primera es la forma de avanzar en la historia, la segunda fue adormecernos con una falsa sensación de seguridad, y la tercera fue engañarnos para que creyéramos que esta película era sobre una cosa para que cuando suene el timbre todas las apuestas estén apagadas.

Trad. EnFilme

Fuente: No Film School