El Adagio para cuerdas (Adagio for Strings) del compositor estadounidense, Samuel Barber (1910-1981), comienza suavemente con una sola nota (si bemol) interpretada por los violines. Dos golpes más adelante las cuerdas graves entran para crear una especie de suspensión y desplazamiento incómodo conforme la melodía aumenta su intensidad como una vacilante subida por las escaleras. En alrededor de ocho minutos, la pieza parece nunca hallar el descanso oportuno o la tranquilidad necesaria. Si existe alguna pieza musical que puede acercarse a transmitir el efecto de un suspiro y, al mismo tiempo, el coraje la tragedia, la melancolía y la falta de esperanza, es esta obra de Barber.
Confeccionada en 1936, Adagio para cuerdas se ha convertido, a lo largo de casi ocho décadas, en la pieza más famosa de Barber; la composición musical comenzó como el segundo movimiento de su Cuarteto de cuerda, Op. 11 y se ha convertido en un tema muy popular entre los aficionados a la música clásica. El cine también ha sentido una profunda atracción por el tema de Barber y se ha utilizado como parte de la banda sonora de varios filmes.
El equipo de Filmscalpel ha elaborado un supercut titulado Adagio For Strings (x5) que recupera varios fragmentos de cinco filmes que emplean como fondo musical la pieza de Barber en escenas determinantes: Elephant Man (David Lynch, 1980), El Norte (Gregory Nava, 1983), Platoon (Oliver Stone, 1986), Lorenzo’s Oil (George Miller, 1992) y Le fabuleux destin d'Amélie Poulain (Jean-Pierre Jeunet, 2001).
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Filmscalpel