En estos días medio mundo ha estado hablando de Succession, la ya célebre serie de HBO que recién concluyó y mantuvo en ascuas, intensamente atrapados, a millones de espectadores alrededor del mundo. La serie que aborda las dinámicas de poder al interior, y también al exterior, de una familia tremendamente tóxica que gira alrededor de los designios de un patriarca inescrupuloso y, sí, muchas veces cruel, está en buena medida moldeada a partir de los rasgos más distintivos del billonario australiano nacionalizado norteamericano, Rupert Murdoch, y sus herederos. El magnate de los medios de comunicación, dueño de un conglomerado que incluye Fox News, los canales Fox y Sky, los diarios británicos The Times y el sensacionalista The Sun, entre algunos otros, es un personaje controvertido que ha jugado constantemente de manera siniestra con el enorme poder que tiene tanto en la vida política de distintos países como también dentro de su propio ámbito familiar. La gente se ha sentido atraída por el morbo, sí, pero también por el nivel de calidad involucrado en la creación de este proyecto.
“Al ver Succession es fácil quedar atrapado en las mentiras, traiciones y comedia de este brillante show”, nos explican los creadores de este ensayo visual. “Está escrito, dirigido y actuado tan magistralmente que su proeza técnica y maestría visual se pierde con facilidad en el subconsciente. Pero la forma en que esta serie se ve y se mueve se convierten en un factor clave del porqué es un éxito. Es una de las series más visualmente atractivas que se hayan hecho. El cerebro registra que Succession se ve muy bien pero la naturaleza trémula que le da el uso continuo de la ‘cámara en mano’ provoca un poco de campo de distorsión visual. Una interpretación básica del lenguaje visual de la serie ha llevado a algunos a llamar este estilo como ‘pseudo-documental’ debido a sus súbitos usos del zoom o a la forma brusca en que se comporta la cámara, pero esta apreciación minimiza severamente el nivel de cuidada intención con que se plantea la fotografía”, rematan.
Para el desglose pormenorizado de la propuesta de este proyecto (entre otros directores ha tenido a Adam McKay -The Big Short- y a cinefotógrafos como Katerin Arizmendi -Swallow-), que se ha convertido en un suceso televisivo, revisen este trabajo que les clarificará algunas de las razones que los convirtieron en adictos a la serie sin, quizá, haberse dado cuenta de ello de forma consciente. ¿Influencias cinematográficas? Pueden apostar que las hay. ¿El trabajo del maestro cinefotógrafo Roger Deakins (The Company Men; No Country for Old Men; 1917? Revisen esto...
Trad. EF