John Malkovich se nutre del punto de quiebre de un personaje, ese borde delgado en el precipicio de la locura. Como uno de los artistas más versátiles (y a menudo maniáticos) del cine, Malkovich es conocido, entre otras cosas, por su vergüenza estilizada, la forma en que sus personajes demuestran poder al compararse con otros. Más allá de esa reconocible fachada de Malkovich, se encuentra un actor que también es capaz de encarnar personajes emocionalmente vulnerables, hombres que, por una razón u otra, no logran alcanzar su máximo potencial. Malkovich es tan único, de hecho, que el director Spike Jonze y el guionista Charlie Kaufman llegaron a convertir a su personaje real en el punto focal del clásico metafísico de 1999, Being John Malkovich. La película, que explora el extraño y convincente efecto gravitatorio que Malkovich tiene sobre los demás, resume a la perfección por qué esta entrega de Icons & Outliers, de Fandor, rinde homenaje a este artista único. Después de todo, si no puedes ser él, admíralo.
Trad. EnFilme
Fuente: Fandor