En cuatro de las cinco películas que hizo con Michelangelo Antonioni –L'Avventura (1960), La Notte (1961), L'Eclisse (1962), Il deserto rosso (1964)–, la actriz italiana, Monica Vitti, se convirtió en el rostro de la angustia existencial al encarnar la miseria, el malestar y la melancolía del ser humano en el mundo moderno.
Antonioni es, ante todo, un realizador del estado de ánimo y de la mentalidad, dos elementos que funcionaron magistralmente en el rostro de Vitti, una actriz que supo comunicar diversos estados de ánimo –desde la felicidad hasta la tristeza pasando por la preocupación, la vulnerabilidad y el enojo–. La colaboración entre Antonioni y Vitti es abordada en The Vitality of Monica Vitti, un reciente y breve videoensayo editado por Tope Ogundare, que se centra en cómo uno complementa al otro.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: Fandor Keyframe