En la década de 1980, Atlanna (Nicole Kidman) escapó de un matrimonio arreglado con Atlantis, encontrando refugio dentro del faro de Tom (Temuera Morrison), un hombre trabajador, responsable y cariñoso de quien rápidamente se enamoró.  Ambos tuvieron un hijo al que llamaron Arthur. Cuando los soldados de Atlantis emergen de las profundidades del mar para reclamar Atlanna, Arthur se queda al cuidado de Tom, criado con actitud humana, pero con habilidades marinas. Décadas más tarde, Arthur (Jason Momoa) es conocido como Aquaman, un superhéroe que ayuda a los necesitados a rescatar el océano. Mientras tanto, en Atlantis, el ambicioso e iracundo gobernante Orm (Patrick Wilson) desea desencadenar la guerra contra el mundo terrestre, pero para llevar a cabo sus malévolos planes debe contar con la aprobación de los líderes de los Siete Mares, incluido el rey Nereus (Dolph Lundgren). Cuando Orm amenaza a todos con sus poderes, la hija de Nereus, Mera (Amber Heard), busca la ayuda de Arthur para prevenir el desastre. No acostumbrado a las reglas y jerarquías submarinas, Arthur se une a Mera en la búsqueda de un tridente mítico con la esperanza de derrotar a Orm y restaurar el orden, pero el mercenario y pirata de alta mar, Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II), se interpone en su camino.

El Universo Cinematográfico de DC ha sufrido algunos problemas desde su inicio (en 2013 con Man of Steel) llegando a sus puntos más inestables y desconcertantes en Justice League (2017) que parecía una apuesta segura en la taquilla y tuvo que conformarse con una tibia reacción por parte de los fanáticos. La idea de que Aquaman (2018) fuera la primera película después de la catástrofe de Zack Snyder parecía una postura alarmante debido a que los productores eligieron llevar a la pantalla grande a uno de los personajes de cómics más desafiantes visualmente para su propia aventura en solitario. Resulta que Aquaman es la inyección de adrenalina que el universo DC necesita en este momento, con el director James Wan (Saw, 2004; The Conjuring, 2013; Fast & Furious 7, 2015) haciendo todo lo posible por brindar al héroe submarino una aventura épica que lleva al espectador del aire al mar pasando por la tierra. El guion de Will Beall (Gangster Squad, 2013) y David L. Johnson-McGoldrick (Red Riding Hood, 2011) hace el intento por explorar la iconografía del personaje y sus poderes especiales, que se exhiben al principio de la película durante un rescate en los mares cercanos a Rusia que también representa el primer encuentro entre Arthur y Black Manta, quien pierde a su padre por la indiferencia del héroe ante el sufrimiento de los villanos. El prólogo es contundente, con Nicole Kidman disfrutando la oportunidad de derribar a algunos guardias atlantes en una secuencia de acción ejecutada con estilo y elegancia, pero luego desaparece y la película comienza a tambalearse. Los personajes aparecen con poca o ninguna introducción; gran parte de la personalidad de Arthur, más allá de las bromas, está constituida por los flashbacks y la voz en off -dos recursos explotados constantemente en este filme-. La calidad de la narración mejora cuando la historia se aleja de la tragedia de tintes shakesperianos que vive Orm para centrarse en la expedición de Arthur y Mera que recuerda las aventuras de Indiana Jones o los relatos de Jules Verne para encontrar un artefacto. Esto permite que la película comience a trabajar en sincronía con el carisma de Momoa al no tomarse demasiado en serio las inverosimilitudes que está interpretando. Las rutinas y los diálogos que mantiene con Heard (quien hace un gran papel como la testaruda Mera) son un respiro a los constantes efectos visuales. El compromiso de Wan con la vibrante atmósfera de Aquaman es contagioso, mostrando una confianza extraordinaria en la configuración del mundo marino, manteniendo la realeza flotante y los guerreros interactuando con la ayuda de efectos visuales pulcros y nítidos. La grandeza de la Atlántida también se siente; el director confecciona un paraíso bioluminiscente cargado de tecnología a base de agua y vehículos inspirados en las criaturas de los océanos, mientras que los ciudadanos de los Siete Mares son variados y coloridos. La sofisticada puesta en escena y las secuencias de persecución tremendamente cinéticas mantienen al espectador involucrado en el largo trayecto de Arthur. Cada fotograma -minuciosamente armado- está lleno de información y descubrimientos, que coinciden con un guion que está sobrecargado de exposición, manteniendo a Mera y al mentor de Arthur, Vulko (Willem Dafoe), sin aliento, compartiendo constantemente detalles sobre el pasado de Arthur y el futuro de Atlantis. Y son esas sobreexposiciones verbales las que paulatinamente les restan sorpresa y contundencia a los actos heroicos del protagonista.

Fecha de estreno en México: 14 de diciembre, 2018.

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