Después de perder a su novia en una serie de atentados terroristas en España, Mitch (Dylan O'Brien) se refugia en la soledad alimentando su furia. Para cobrar venganza, el joven se somete a un duro entrenamiento para incorporarse a la CIA e infiltrarse en las principales células terroristas. Su oportunidad llega cuando se une al equipo de Stan (Michael Keaton), un experimentado espía que dirige a un grupo de jóvenes dispuestos a asesinar a los terroristas. Cuando los materiales para construir un arma nuclear terminan en el mercado negro, Mitch es enviado a investigar, uniéndose al agente de origen iraní Annika (Shiva Negar) para encontrar al enigmático Ghost (Taylor Kitsch), el responsable de originar desastres y rebeliones en Medio Oriente.
Michael Cuesta había demostrado un genuino interés en historias profundamente humanas e intimistas; las confusiones y heridas de la adolescencia en L.I.E. (2001), los fracasos y las decepciones de la edad adulta en Roadie (2011) e incluso los peligros y dilemas que viven los periodistas en Kill the Messenger (2014). Ahora, el cineasta estadounidense confecciona un filme de acción, con elementos del thriller de venganza y espionaje, que poca sustancia ofrece en cuanto a los traumas y motivaciones de sus personajes. Ciertamente se trata de un filme visceral con pocos momentos eficaces de intriga (por ejemplo, una de las secuencias iniciales es la escenificación de una visión escalofriante del terrorismo moderno). Asesino: Misión venganza (American Assassin, 2017), basado en la novela best seller de Vince Flynn, es una cacería frenética que desde muy temprano revela los pasos poco sorpresivos que darán los personajes a lo largo del relato. Los juegos de espionaje resultan opacos debido a las actuaciones unidimensionales del elenco. El protagonista nunca se percibe plausiblemente sacudido ante los horrores del mundo que lo rodean, mientras que el villano, Ghost, es sumamente débil para representar una auténtica amenaza global.
Fecha de estreno en México: 22 de septiembre, 2017.