Rhiannon (Angourie Rice), una joven de 16 años, conoce a un espíritu dulce, inquieto, inteligente y sin género llamado “A”. Se trata de una entidad que reencarna cada mañana en un cuerpo adolescente diferente, comenzando con el de Justin (Justice Smith), el novio egoísta de la protagonista, quien de la noche a la mañana se vuelve amable, atento y encantador, pero una vez que “A” abandona su cuerpo, el hechizo termina. “A” nunca puede ser la misma persona dos veces, pero siempre aparece en el cuerpo de un joven de la misma edad y en la misma zona geográfica. Al no saber qué nuevo cuerpo tendrá “A”, Rhiannon, cálida e inocente, lo encuentra de muchas formas, incluyendo un chico corpulento (Jacob Batalon), un estudiante transgénero (Ian Alexander), una confundida chica asiática (Nicole Law) y un afroamericano (Sean Jones) sobreprotegido por su madre. Una vez que acepta la verdadera y compleja esencia de “A”, Rhiannon espera ansiosamente cada nuevo encuentro y preguntándose quién y cómo será ese día. Como adolescente, el amor puede ser difícil, pero enamorarse de alguien que no tiene un rostro o un cuerpo que le pertenece es especialmente desafiante. Cada 24 horas “A” tiene una nueva piel, pero los sentimientos aún permanecen para ambas partes.
Cada día (Every Day, 2018), basado en el bestseller de literatura juvenil escrito por David Levithan, parte de una premisa tan absurda como el concepto de estar en un cuerpo diferente cada día. No obstante, la idea posee ecos filosóficos que podrían motivar al espectador a plantear cuestionamientos en torno al significado del individuo, el cuerpo, la materia, el espíritu y la esencia de los seres humanos. ¿Quiénes somos? ¿Somos nosotros mismos, nuestras mentes, entidades corporales o una combinación de ellos? Además, Cada día plantea problemas metafísicos de autonomía física y psicológica; por ejemplo, ¿tiene moralmente “A” el derecho de besar a alguien con el cuerpo de otra persona? A pesar de que la película contiene estas ideas intrigantes, el director Michael Sucsy (The Vow, 2012) se limita a colocarlas dentro de los confines del clásico género adolescente, inhibiendo una historia potencialmente más fascinante e iluminadora, ya que este tema seguramente podría haber sido ampliado. En última instancia, el filme propone que apreciamos a otra persona por su alma y que el cuerpo humano es solo un caparazón; que el sexo y la apariencia física son irrelevantes, tal vez una representación del amor genuino.
Fecha de estreno en México: 8 de junio, 2018.