Posicionado en una avioneta, Sean (Daniel Radcliffe) está sobrevolando la zona sur de Estados Unidos. Pronto descubrimos que el hombre trabaja como una mula para un cartel de la droga y debe dejar un cargamento en la frontera con México, pero la mercancía es más de la cantidad que originalmente aceptó trasladar. Ante esta situación, Sean comienza a negociar -vía telefónica- con sus empleadores mientras estos últimos modifican los planes, incluyendo el punto exacto de la entrega, agotando no sólo el suministro de combustible de Sean, sino también su paciencia. En la mente del hombre está su esposa, Jen (Grace Gummer), quien requiere de una serie de tratamientos médicos que cuestan una fortuna para curar el cáncer que padece. Las conversaciones telefónicas entre la pareja son tensas, y a Sean no le queda más que cuestionar las decisiones que ha tomado para ganar mucho dinero y salvar su relación. Cada vez más estresado por la peligrosa situación que él mismo creó, los problemas de Sean aumentan cuando Mallory (Robert Wisdom), un líder del cartel, se comunica directamente con él para un nuevo acuerdo que pronto se convierte en amenaza.
El guionista Adam Hoelzel recurre a una pequeña cabina de avioneta para utilizarla como el escenario central del relato. Sin embargo, al no tener la maestría que evidenció Steven Knight en su claustrofóbica Locke (2013), el director Jesper Ganslandt se ve obligado a recurrir a una serie de flashbacks para establecer por qué Sean ha llegado a los extremos para resolver sus problemas financieros. Aprendemos sobre su tumultuoso matrimonio con Jen, que ha sido afectada por la enfermedad. También somos testigos de los momentos de preparación de Sean dentro de moteles sórdidos y las breves, pero sombrías reuniones con los narcotraficantes. Y a pesar de tenerlo siempre a cuadro, El traficante (Beast of Burden, 2018) no logra ofrecer una reflexión ansiosa del protagonista ni tampoco un perfil psicológico completo. Si bien es cierto que en años recientes Daniel Radcliffe ha elegido papeles para desmarcarse del jovencísimo mago Harry Potter que lo catapultó a la fama, el actor tiene la difícil tarea, aquí, de comunicar un amplio rango emocional al interpretar a un personaje que se enfrenta a presiones familiares, profesionales, criminales y personales mientras está en los aires y, por desgracia, no lo consigue.
Fecha de estreno en México: 8 de febrero, 2019.
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