En Chicago, la tímida estudiante universitaria Zoey (Taylor Russell), el empleado de la tienda de comestibles Ben (Logan Miller), la veterana militar Amanda (Deborah Ann Woll), el banquero de inversiones Jason (Jay Ellis), el obrero Mike (Tyler Labine) y el aficionado a la sala de escape Danny (Nik Dodani) son convocados por MINOS –una enigmática organización- para participar en Escape Room que ofrece un premio de 10 mil dólares a la persona capaz de resolver los laberintos y rompecabezas que presenta el juego. Los problemas surgen cuando los desafíos de la sala, en lugar de impulsar la sana y divertida competencia, se revelan como una máquina de matar que contiene una serie de peligrosos y sofisticadas trampas, haciendo casi imposible la supervivencia.
Escape Room (2019), thriller de horror dirigido por Adam Robitel (Insidious: The Last Key, 2018), aprovecha la fascinación que en años recientes han despertado este tipo de juegos de aventura -que requieren habilidades tanto físicas como mentales para superar los obstáculos y enigmas que se presentan- para convertirlos en una competencia letal que pone a prueba el ingenio y la pura voluntad de los jugadores para sobrevivir. Robitel y el cinefotógrafo Marc Spicer (Lights Out) hacen un notable trabajo para establecer visualmente el entorno y la distribución espacial de cada habitación individual, por lo que no hay confusión acerca de dónde están todos y qué peligro corren en un momento determinado. Los elementos de ciencia ficción y vigilancia son incorporados a la narrativa del filme a partir de la introducción de un público desconocido que observa cada movimiento de los jugadores. Sin embargo, Robitel se muestra titubeante al momento de generar horror; si bien es cierto que posee un amplio y creativo catálogo de trampas, éstas no resultan tan espantosas como las planteadas en la saga Saw ni tan autorreflexivas como las de Cabin in the Woods.
Fecha de estreno en México: 8 de febrero, 2019.