Luego de experimentar y sobrevivir a un devastador desprendimiento de rocas en el fiordo noruego de Geiranger, Kristian (Kristoffer Joner) sufre un choque emocional. Tres años después, Kristian vive solo, separado de su esposa, Idun (Ane Dahl Torp), y sus dos hijos, Sondre (Jonas Hoff Oftebro) y Julia (Edith Haagenrud-Sande), incapaz de superar el trauma que experimentó. Cuando uno de sus amigos geólogos muere en el colapso de un túnel, Kristian sospecha lo peor. Decide investigar sólo para descubrir pruebas que sugieren que un terremoto masivo está a punto de golpear Oslo. Reuniendo pistas, Kristian se apresura a advertir a los demás hasta que choca con la negativa de Johannes (Stig R. Amdam), un funcionario de alto rango en la estación de monitoreo de Norsar, quien cree que la actividad sísmica no es de preocupación, aunque Kristian insiste en que puede ser demasiado tarde para escapar de un desastre que se aproxima.
Gran terremoto 9 grados (The Quake, 2018) es la secuela de La última ola (The Wave, 2015), filme que se convirtió en la película más taquillera en Noruega durante 2015. El director John Andreas Andersen se integra de manera coherente y orgánica al molde del thriller de desastres naturales empleado por Roar Uthaug en su antecesora, pero, al igual que The Wave, su enfoque humanista del género es refrescante y atractivo. El guion dedica gran parte de su primer acto a explorar las consecuencias emocionales de la película anterior, específicamente su efecto psicológico en Kristian. En este tramo el filme profundiza en el estado mental dañado del protagonista, así como su lucha con el remordimiento de ser sobreviviente y la incapacidad de abandonar la culpa que siente. La narrativa se asienta en un patrón más familiar, recurriendo a los patrones y las fórmulas del género, desde que Kristian organiza gradualmente sus investigaciones hasta sus advertencias de peligro inminente, antes de llegar a la manifestación del terremoto en su tercio final. Aunque Gran terremoto 9 grados se esfuerza por ofrecer muchas sorpresas o giros inesperados en el camino hacia su destino final, hace un buen trabajo ejecutando estos tropos y construyendo un discurso coherente sobre la importancia de la prevención. El director hace un uso limitado del CGI, pero sumamente eficiente, para representar el terremoto en combinación con efectos prácticos y elecciones inteligentes de filmación que disfrazan las limitaciones presupuestarias del proyecto. El mismo Oslo es un componente que ayuda a crear notables secuencias de acción y suspenso; la arquitectura y el diseño únicos de la ciudad se prestan naturalmente a encuadres y tomas que no podrían organizarse de la misma manera en, por ejemplo, una ciudad estadounidense promedio.
Fecha de estreno en México: 22 de marzo, 2019.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex