La cinefilia creó un espacio de memoria, de circulación, de narración y de interpretación de las imágenes. A partir de las películas creó un mundo del cine. Podríamos decir que el cine se hizo arte haciéndose mundo.
- Jacques Rancière en Poéticas contradictorias del cine
Desde que era estudiante de cine, la joven directora argentina, María Álvarez, se interesó en observar las dinámicas de varias mujeres jubiladas que invertían su tiempo en asistir al cine, con quienes incluso compartió algunas de las matinés y charlas posteriores para debatir los filmes. Luego de escribir el cortometraje El mar (2012), dirigir El banco (2011) -una docuficción de ocho capítulos sobre la historia del Banco Nacional de Argentina- y trabajar como asistente de dirección en proyectos de Eduardo Mignona, Robert Duvall y Christopher Hamptom, la realizadora se percató que aquellas mujeres -que estuvieron ahí- seguían siendo fieles a sus rituales cinéfilos.
Extendiendo más su campo de estudio, Álvarez sigue los pasos de seis mujeres mayores en Argentina, Uruguay y España que pasan la mayor parte de sus tardes en el cine, un lugar central en sus vidas. En las conversaciones entre ellas descubrimos su profunda pasión -“ver cuatro películas es como trabajar ocho horas al día”- y amplio conocimiento -elocuentes disertaciones sobre los vínculos entre el amor y el sexo en Hiroshima mon amour (1959) de Alain Resnais- sobre filmes, directores y otras experiencias culturales que nutren su manera de aproximarse a la pantalla grande. La mayoría de los cines frecuentados por las protagonistas, especialmente cuando se trata de salas de arte, están desesperadamente vacías, evidenciando un síntoma de ‘la crisis y muerte de la cinefilia’ que Susan Sontag manifestó en los años noventa (afirmando que las nuevas tecnologías como la televisión y el video quebrantaron las condiciones donde era posible una práctica cinéfila con sentido). El cine de hoy se consume de otra manera: los amantes del cine a menudo viven solos en casa, mientras que el cine es, en esencia, una experiencia colectiva. Más allá de profundizar en cómo las nuevas tecnologías han modificado la experiencia cinéfila, más allá del amor por el cine y más allá del retrato del cine como un lugar que contiene la soledad y el paso del tiempo, Álvarez se centra en el cine como una cita que motiva a estas mujeres para vestirse y salir de sus casas, para estar en un lugar y tiempo determinados. ¿Qué harían si los cines no existieran? Las cinéphilas (2017) es un conmovedor filme humanista concebido como un tributo al cine y a sus más fieles espectadores, mujeres que, a pesar de llegar al ocaso de sus vidas, ven el acto de ir a ver una película como la promesa de romper con una monotonía a veces aburrida, y la posibilidad de viajar, soñar y, principalmente, recordar. A través del cine, estas mujeres comparten sus secretos, sus recuerdos, sus deseos internos. Es un testimonio delicado e íntimo en las raras ocasiones en que la vida se convierte en arte y el arte se convierte en vida; una historia sobre cómo el cine se dibuja en la realidad y nos hace descubrir secretos sobre nosotros mismos.
Minicrítica realizada durante AMBULANTE 2018.
Fecha de estreno en México: 22 de marzo, 2019.
Consulta horarios en: Cineteca Nacional