El filme inicia con un hombre conduciendo una lancha en un plácido lago; el motor del vehículo se escucha, el silencio de un paisaje sereno y calmo es alterado. De pronto vemos que el campanario de una iglesia emerge del agua y en ese momento descubrimos “el pueblo que no existe”: San Marcos, Sinaloa. Se trata de una región que, en algún momento del pasado, estuvo habitada por unas 300 personas, pero que ahora ha sido reducida a tres familias. A raíz de la construcción de una presa cercana, el pueblo sufre constantes inundaciones y pasa, casi siete meses al año, cubierto por el agua. Esto ha obligado a que la mayoría de su población abandone un pueblo fantasma habitado por casas viejas, tiendas vacías, edificios decrépitos y carreteras desoladas.
Sin disimular su presencia detrás de la cámara, la joven realizadora mexicana, Betzabé García, se acerca cuidadosa y respetuosamente a la vida cotidiana de las tres familias; ellas han permanecido en el pueblo a pesar de los reclamos de sus familiares, la soledad, el aislamiento y la amenaza de grupos violentos del norte del país. García construye una atmósfera enigmática cargada de una belleza inquietante, donde el pueblo ahogado adquiere un surrealismo espectral que recuerda las abadías y monasterios en ruinas de las composiciones pictóricas del artista alemán, Caspar David Friedrich. El impulso del documental hacia el espectador se debe a la sintonía de las dimensiones poéticas y el efecto psicológico de vivir en ese pueblo después del declive desastroso. A pesar de ello, los que se quedan en San Marcos no son vistos como víctimas, sino como seres humanos complejos. Los reyes del pueblo que no existe es una elegante y perspicaz reflexión elaborada por la directora junto a las personas que vemos a cuadro: seres humanos que defienden sus posturas, cuestionan sus propias decisiones, pero sin negar sus miedos ni olvidar sus anhelos. La perseverancia (de los que se quedan) y el derrotismo (de los que abandonaron el pueblo) desembocan en un conmovedor y desafiante desenlace a través de un cuestionamiento, desde la perspectiva de los protagonistas, sobre el tiempo, el espacio y el proceso de transformación que ha vivido San Marcos.
Fecha de estreno en México: 24 de marzo, 2017.
Consulta horarios en: Cineteca Nacional