“El último día que caminé, desperté sin una resaca”, así inicia la conferencia de John Callahan (Joaquin Phoenix) en la que rememora el día del accidente en que perdió la movilidad de la mayor parte de su cuerpo. Aquella fatídica fecha, el hombre, aún ebrio, camina hacia la licorería más cercana para continuar bebiendo. Callahan relata la excusa que le dio al dependiente de una tienda para comprar más alcohol y los cigarros que fumó durante esa mañana. La historia, que parece un discurso muy bien ensayado, nos permite comprender lo que le ocurrió. Después de conocer a Dexter (Jack Black), un hombre que bebe de la misma forma insaciable que él, comienzan un recorrido nocturno que termina con su automóvil destruido, el cuerpo paralizado de Callahan y un conductor sin ningún rasguño. Ante la tragedia, el hombre, lejos de alejarse de su vicio, lo convierte en la única forma de escapar de su condición. Callahan asiste semanalmente a una reunión de Alcohólicos Anónimos –pese a seguir bebiendo-, donde Corky (Kim Gordon), menciona que “tal vez la vida no es tan significativa como creemos”. En una suerte de entenderse a sí mismo y a los demonios que lo acompañan, Callahan comienza a dibujar –pese a que la parálisis afectó también sus manos- y plasmar sus inquietudes y perspectivas acerca de la discapacidad desde un particular humor negro.
No te preocupes, no irá lejos (Don’t Worry, He Won’t Get Far on Foot, 2018) está basada en las memorias del caricaturista John Callahan, Will the Real John Callahan Please Stand Up, publicadas en 1998. Desde ese año, Gus Van Sant se integró al proyecto después de que Robin Williams le sugiera dirigir la película mientras que este último la protagonizaría. A 20 años de la propuesta y con Joaquin Phoenix en el papel principal –Williams murió en el 2014-, la biopic del ilustrador nos muestra una faceta menos amable, pero mucho más real de las tribulaciones ante la discapacidad que lo mantuvo en una silla de ruedas desde que tenía 21 años. Van Sant titula la película a partir de las ilustraciones del autor, donde un grupo de vaqueros observa una silla de ruedas vacía en medio del desierto y uno de ellos afirma que aquel que escapó no podrá llegar muy lejos. Ese humor siniestro pero mordaz que maneja Callahan -en una de sus ilustraciones, el hombre muestra su accidente, con el automóvil hecho pedazos y él inmóvil, desparramado en el pavimento pidiendo al oficial de policía que alcance un billete de cinco dólares que tiene en el bolsillo trasero de su pantalón y le vaya a comprar un trago- logra ser capturado en la interpretación de Phoenix, que asimila tanto la miseria en la que se encuentra sumido el personaje en un inicio, como la significativa transición que ocurre con el hombre a partir de que comienza a transformar su dolor en arte. Si bien el papel que realiza Phoenix es remarcable, lo es también la actuación de Jonah Hill como Donnie, un reflexivo guía en sus reuniones de Alcohólicos Anónimos , quien, a base de una filosofía zen y citas de Lao Tzu, lleva a Callahan a través de los 12 pasos, experimentando en el transcurso un detrimento físico y convirtiéndose en una figura familiar para el atormentado caricaturista. El guion expone la corrección política, los mensajes incendiarios que contradictoriamente exigen respeto y un discurso que sigue vigente hasta ahora, donde la mayor parte de las cosas están reguladas por una sociedad sumida en la abrumadora corrección política. El cinefotógrafo Christopher Blauvelt no solo logra cumplir con los requerimientos para retratar una década pasada, sino que también arropa al personaje de Phoenix con momentos luminosos y decadentes, mismos que se construyen a partir de la paleta de colores que se dibuja a su alrededor. Lejos de las películas inspiracionales sobre personas que tienen que sobreponerse a los obstáculos que se les han presentado (The Theory of Everythingy The King Spech, por ejemplo), el tratamiento de Van Sant logra evidenciar las complicaciones de la condición del protagonista; desde el sistema de ayuda gubernamental, los inconvenientes que presenta en las calles por el malfuncionamiento de su silla de ruedas y la forma en que sus procesos fisiológicos lo obligan, en más de una ocasión, a ensuciar su ropa con sus fluidos corporales. Callahan, cuyas ilustraciones fueron publicadas en The New Yorker, nunca buscó subir a un pedestal la figura del discapacitado, por lo que Van Sant crea una muestra de lo que realmente significa una biografía mucho más cruda y menos ornamental.
Fecha de estreno en México: 7 de diciembre, 2018.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cineteca Nacional