Poco después de los eventos de Avengers: Endgame (2019), el joven Peter Parker (Tom Holland) desea tomarse un descanso de sus ajetreadas misiones como superhéroe con la intención de disfrutar sus vacaciones de verano en Europa con su mejor amigo, Ned (Jacob Batalon), y decidido a aprovechar la ocasión para revelar sus verdaderos sentimientos hacia M.J. (Zendaya). Sin embargo, todos los planes de Peter se descarrilan cuando Nick Fury (Samuel L. Jackson) y Maria Hill (Cobie Smulders) se acercan a él para que colabore con Quentin Beck (Jake Gyllenhaal), también conocido Mysterio, en su lucha contra los Elementales -villanos capaces de manipular las fuerzas de la naturaleza- y salvar al mundo. Al unirse a Mysterio y sus poderes inusuales, Peter tiene que hacer malabarismos con la protección de sus compañeros y las ciudades europeas mientras intenta descubrir su futuro papel en los Vengadores y decidir, una vez más, qué tipo de superhéroe quiere ser.

Aunque Spider-Man: Lejos de casa (Spider-Man: Far from Home, 2019) tiene la desafortunada posición de ser la segunda parte de Homecoming (2017) y la continuación de Endgame, el director Jon Watts brinda una emocionante pieza del universo Marvel, centrándose en los dilemas en torno a la responsabilidad del héroe arácnido, pero recuperando toda la velocidad, la ansiedad adolescente y la insaciable sed de aventura establecidas previamente. Watts sabe que tiene que funcionar como una película dentro de un universo más grande pero también como una que, de algún modo, está trazando el puente hacia la nueva fase de la exitosa franquicia. Esencialmente, el director es orillado a hacer malabarismos con el pasado, el presente y el futuro de MCU, y lo hace con precisión y cautela, ofreciendo momentos de acción visualmente impactantes y un relato sencillo, pero coherente y sin aletargarse en las conclusiones. El diseño de producción y las atmósferas se alejan de la fatalidad de la guerra contra Thanos al explorar las calles junto al canal con estucos brillantes de Venecia o la enigmática belleza arquitectónica de Praga. Spider-Man: Lejos de casa hace todo lo posible para presentarse como el campo multicolor de tulipanes holandeses, recuperando los aspectos más alegres del cine de superhéroes. El guion de Chris McKenna y Erik Sommers establece una pregunta atractiva no tanto sobre cuánta dedicación debe ofrecer un adolescente para salvar el mundo, sino algo mucho más complejo: ¿Es Peter Parker apto para convertirse en el próximo Iron Man? En este relato ficticio de superpoderes se respira el legado de Tony Stark, el multimillonario genio de la tecnología no sólo ha dejado dispositivos avanzados, sino que también ha elegido a Peter para continuar con su legado, y dejado una huella en el destino del superhéroe. Incluso en sus vacaciones en territorio europeo, Peter no puede olvidar las enseñanzas de Stark, y pronto se da cuenta que el mundo ahora confía en él para que se haga cargo y sirva como un salvador. Peter pudo haber comenzado a proteger su vecindario en Nueva York, pero a medida que pasa el tiempo se está volviendo claro que sus deberes van más allá de mantener la seguridad en el hogar. Lejos de casa no escatima en batallas, con Watts abusando de la elasticidad y las telarañas de Spider-Man -quien se somete a algunos cambios de vestuario a lo largo del filme, incluyendo un traje oscuro que inspira a la prensa europea a etiquetarlo como “el mono de la noche”-, pero manteniendo todo el vértigo y la relativa inocencia de un superhéroe adolescente.

Fecha de estreno en México: 4 de julio, 2019.

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