El viejo Forrest Tucker (Robert Redford) ama robar bancos. Ha estado en problemas con la ley durante la mayor parte de su vida, pero nada le emociona más que entrar a las instituciones bancarias, recurrir a una serie de amenazas ambiguas y sutiles con una pistola en el bolsillo, hacer uso de su carisma, elegancia, personalidad despreocupada y sonrisa radiante para seducir y convencer a los empleados y quedarse con el dinero. Son los albores de 1981 y Forrest se ha asociado con Teddy (Danny Glover) y Waller (Tom Waits) -otros dos delincuentes de la tercera edad- y rápidamente el trío de hampones se abre camino hacia el sur, específicamente en Texas, su sede predilecta para llevar a cabo sus ‘negocios’. Pero detrás de ellos se encuentra el detective John Hunt (Casey Affleck), un policía que quiere arrestar a Forrest por sus crímenes. A pesar de su pasado y presente criminal, Forrest se interesa genuinamente en Jewel (Sissy Spacek), una mujer amable dispuesta a conocer a un ser humano que le resulta cálido y respetuoso, Ambos mantienen una relación cordial durante los meses que siguen, a pesar de que Jewel no le cree a Forrest -quien dice que se llama Bob Callahan- cuando le revela lo que hace para ganarse la vida.
Cuando una leyenda de la cinematografía anuncia el final de su carrera, la última película que interpreta debería tener la capacidad de hacernos viajar en el tiempo y de seguir la evolución profesional del actor que, en teoría, ya no veremos en la pantalla grande. En este sentido Un caballero y su revolver (The Old Man & The Gun, 2018), del director y guionista David Lowery (Ain't Them Bodies Saints, 2013) logra celebrar a su protagonista de manera elegante y serena, al mismo tiempo que se erige como una notable adición al cuerpo de trabajo cada vez más ecléctico del cineasta. A partir de una historia real (que apareció por primera vez en 2003 como un artículo de David Grann publicado en The New Yorker) sobre los procedimientos peculiares que empleaba Tucker para recolectar efectivo de los bancos, Lowery se muestra audaz para contar una historia que funciona tanto como un juego de crímenes como una memoria esclarecedora sobre las hazañas de Forrest, no solo como un ladrón de bancos, sino como una leyenda en el arte de escapar de la prisión. En el aspecto visual, Lowery apunta a una estética del cine de Hollywood de los años ochenta para confeccionar las imágenes; junto con el cinefotógrafo Joe Anderson, el director concreta una apariencia fílmica texturizada que se adapta al ambiente, a los espacios y a las acciones de la narración. The Old Man & the Gun mantiene un gran parecido con las dos anteriores películas de Lowery (Pete's Dragon, 2016; A Ghost Story, 2017) en la forma en que combina escenas caprichosas con secuencias más contemplativas que reflejan la naturaleza misma de la existencia humana y lo que en última instancia, lleva a las personas a vivir sus vidas como lo hacen.
Fecha de estreno en México: 26 de abril, 2019.